Vestir santos... (desvestir demonios)

Vestir santos... (desvestir demonios)
Horacio, Santiago y Alan Carranza (by Rubén Gauna)

miércoles, 27 de abril de 2011

Garbage - Only Happy When It Rains [Alternative Remix] (HD Official Video)

No culpes a la lluvia

La tormenta era impiadosa. Y el paraguas que tenía un chiste. Sumado a que eran las siete de la tarde en pleno microcentro, conseguir un taxi se veía imposible. Paradito yo en esa esquina, para mi sopresa, se detiene uno y su pasajera dispuesta a bajar. Pegué un salto y en segundos la mujer estaba fuera y yo dentro, cual saquito de té, pero a salvo. Grueso error.

Rivadavia y Gascón le dije al chofer sin mirarlo siquiera, mientras trataba de secarme un poco con los carilina. Qué suerte que tuvo, dijo al rato él. Ahí sí miré. Unos tremendos ojos verdes, acompañados de una barbita candado y unos rulos negros que me hicieron olvidar de la lluvia, de lo mojado que estaba y que solo quería que ese viaje no terminara nunca. Sí, la verdad mucha suerte, le dije. Y nos reímos. Y su mirada fue mas impiadossa que la lluvia. ¿Ya se va a su casa?. El se va me hizo caer en la cuenta que el muchacho andaría por debajo de los treinta. Muy respetuoso, me dije, aunque me hubiera gustado que me dijera otras cosas.

En la radio Victor Hugo y Competencia, discutían si tal o cual jugada del partido de ayer había sido penal. Mas grande que una casa, dije yo. Un pelotudo el árbitro que nos cagó el partido, dijo el. Y otra vez. Nos miramos y nos reímos. Trabajás en el centro siempre, le pregunté. Sí por lo general todos le escapan pero yo me las arreglo, conozco mis atajos para salir de cualquier quilombo. Y la señora esa que bajó antes de usted me llama cada vez que va para allá. Yo la verdad muchas ganas de traer el auto no tengo, pero esto de los paros de subte me rompe las pelotas y con esta lluvia lo mejor era taxi, contesté. Que suerte ahora para mí, dijo él. Y con una leve mueca en la sonrisa. ¿El tachero me está yirando? No, mi mente calenturienta, me dije. Pero los comentarios con doble sentido mientras escuchábamos la radio hicieron esas miradas aun más cómplices. Y lo que pasa es que nos la metieron en seco, un afano, y ya son varias las veces que nos hacen lo mismo, le digo yo. Con lo bueno que esta ponerla en seco, dijo él. Un poquito duele, pero ahí está el gustito, redoblé la apuesta. Las risas de ambos dejaron todo a la vista. Ya estábamos a poco de llegar. Busque una de mis tarjetas y le anote atrás mi dirección exacta. Ya en la esquina, me da el vuelto y me detiene la mano un segundo, se dá vuelta, busca la tarjeta y me dice: un placer llevarlo (mira la tarjeta)... Horacio. Gus. Me llamo Gustavo. Placer el mío, respondí.

No puedo evitarlo. Siempre que se me presenta la oportunidad no la desperdicio. El tema es que no estoy solo. Con Gabriel estamos hace más de dos años. Estamos. Un decir. Yo acá. Él, mas en el aire que otra cosa. Esto de ser Legislador lo tiene con un pie acá y otro en Santa Fe. Casualidades de la vida lo conocí otro día de lluvia. Íbamos por Florida corriendo y casi nos chocamos tratando de evitar un charco que se había formado por la tormenta. Nos refugiamos como pudimos en la Galería Jardín y con las disculpas mutuas nos descubrimos. Su contundencia corporal fue lo primero que me llamó la atención. Sus mas de cien kilos con aire vikingo me encendieron al instante. Lo único que no dejaba nunca de lado era su celular, por el que no paraba de hablar. Yo lo miraba sin poder sacarle la vista de encima. Cuando se da cuenta, presto atención a su mano que sostenía el celular. Un anillo dorado en su izquierda delataba su compromiso. Lástima me dije. Pero en eso me mira y me sonríe y guiña un ojo. Me confundió un poco. Pero al rato, mientras seguía lloviendo, dejó de hablar por telefóno para hacerlo conmigo. No me pregunten cómo, pero esa noche estábamos en la habitación de su hotel cogiendo como animales. Se podría decir que lo que nos une con Gabriel es eso. Sexo animal.

El problema lo tengo ahora que acabo de entrar a mi departamento mientras leo un mensaje que llega al teléfono. Es el taxista que me dice que en un par de horas está libre. Abro la puerta y ahí está Gabriel en el living, copa de vino en mano esperándome. Un frío por la espalda me recorre. No lo esperaba hoy. Ni esta semana en realidad. ¡Sorpresa! Me dice. Sí, vaya sorpresa. Y el taxista que espera que le responda.

miércoles, 20 de abril de 2011

Jennifer Lopez - On The Floor ft. Pitbull

Menu de la noche

Ufa, recién son las tres de la mañana. El flaco que está en la barra está bárbaro y no deja de mirarme…
(…)
Por donde iba… si, les decía. Soy Alan, copados mis viejos en ponerme un nombre super cool. Cada vez que digo soy Alan los ojitos de los tipos comienzan a brillar y yo sé que tengo cogida seguro. Mi pelito rubio me juega mas a favor todavía y la cama solar me da un aire de tipo de mundo. Al menos una vez al mes me voy a Punta a la chacra de mi vieja que disfrutamos a full de diciembre a marzo, aunque ella va y viene a Baires yo armo las partuzas mas copadas de toda Punta en el medio. Obvio ni te aparezco en la Remix, pero no me importa, yo busco que me complazcan en todo, tragos y champán a discreción y cuanta pastilla y polvito ande dando vueltas son más que bienvenidos. Suele pasar que llegue la mañana con todos en pelotas en la piscina cogiendo entre todos…
(…)
¿Que si tomé algo esta noche? Champán, obvio mi amor. Van cinco botellas. Y un par de líneas.
(…)
¿Si vine solo? No por ahí andan mis amigos bailando, yo estoy preparando el menú para ver qué me llevo a casa esta noche. El de la barra ya está, termino con ustedes y al toque lo transo.
(…)
¿Mi viejo me preguntan? Un bobo, que se la pasó cogiendo a diestra y siniestra y la cagó mal siempre con las mujeres legales que tuvo. Tengo, al menos en forma oficial dos hermanos, pero no me extrañaría que salieran mas de la galera. Jajajaja, perdón, dije galera y pensé en conejos… Entienden: galera, conejos, mi viejo cogiendo…. Yo que cojo todo lo que se me cruce…
(…)
¿Minas? Y si alguna que otra, pero lo mío son los tipos. Me encanta sentir cómo se exitan, cómo el corazón les explota, cómo las entrepiernas se abultan. Que me manoseen el orto y el bulto, y verles ese gesto de placer en la mirada sabiendo que van a tener al pibito rubiecito ese que esta mas bueno que comer con la mano. Ya esta soy reputo, quieren que les mienta acaso. No me hagan perder el tiempo que hay otro que ya le echó el ojo al de la barra, ése el peladito onda SIC que mirándolo bien no está nada mal el puto ese. Si… eso… mirame SIC, te miro, ahora lo miro al de la barra y a vos SIC otra vez… Ya está el menú de hoy. Es refácil esto vieron.
(…)
¿Qué piensan mis viejos de mi vida? No les importa, nunca les importó, yo hago la mía desde pendejo. Debuté oficialmente con mi profe de Educación física a los doce. Cómo me daba el pelado ese, por Dios… Mirá me acuerdo y se me para al toque. Con ese seguí hasta los trece, me llevaba a un bulo que tenía a escondidas y me hacia de todo el muy turro. Hasta que conocí a Leo. Estaba en quinto año él y era el líder del curso. Yo estaba fascinado con ese metro ochenta lleno de testosterona y lo que más deseaba era que la descargara toda en mí. Y si pasó lo inevitable, una noche me enteré que iba a un boliche y cuando los dos estábamos bien en pedo lo encaré mal. El trompazo que me dio me dejó medio mareado, pero insistí manoseándole el bulto. Bajó todas las defensas y me dejó hacer… Nunca se la habían chupado tan bien como yo hasta esa noche. El problema fue que el maldito bicho hizo de las suyas.
(…)
¿Qué bicho? El amor, cuál otro. No hay cosa peor que te pueda pasar en la vida que enamorarte. Me quería sólo para él. Y yo que sólo quería que me cogiera sin parar horas y horas, se me había enamorado.
(…)
¿Yo? Y un poco por él algo sentía, pero no me gustaba ni medio que me quisiera solo para él. Soy de todos y de nadie…
(…)
¿Qué? Disculpen no escuche… esss queee… nada, nada, todo bien, sí estoy bien… pero me parece que el que está la lado del de la barra es… Leo…

miércoles, 13 de abril de 2011

Marilyn Manson - Sweet Dreams (Are Made Of This)

Sweet dreams (are made of this?)

Mi vida es una pesadilla. Desde que tuve que internar a mi vieja en un loquero después de encontrarla en la bañera y rescatarla de una muerte casi segura, los Cuatro Jinetes del Apocalipsis pasaron por encima mío sin piedad. El resto fue todavía peor: deudas de todos los colores. Mi vieja se patinaba toda la guita en el póker. Como puedo estoy tratando de cancelar los pagarés que firmaba sin pensar en las consecuencias. Los Psiquiatras me piden que sea más comprensivo, pero la verdad es que apenas puedo mirarla a los ojos. Y me es imposible ese gesto de desprecio que me provoca.

Ya fue suficiente con mi viejo, que poco y nada lo tuve, o mejor dicho tuve que compartir con mis dos hermanastros. Actos de colegio, cumpleaños, las Fiestas… el resultado era el mismo: se terminaba yendo. Desde mis cinco años tuve que vivir todo eso. Y para peor ser el hermano del medio. Horacio celoso de mí y de Alan, el más chiquito. Yo no podía entender eso de tener hermanos y que ellos tuvieran otra mamá que no fuera la mía.

Para colmo las cosas en mi casa hoy no están mejor. Estoy con María Mercedes desde hace unos cinco años, con tres de convivencia. Al principio como en toda pareja todo es genial. Cogía seguro y seguido, comía decentemente, y de a poco íbamos llevando las cosas hasta que nos acostumbramos. Las cogidas se redujeron y mucho, la comida al menos seguía siendo buena pero es obvio que no andamos nada bien. Pero a este panorama de tiempo desmejorando, se le sumó una suerte de alerta metereológico imprevisto para mí. Una noche de insomnio me puso frente al televisor y buscando algo para ver y lograr dormirme ocurrió todo lo contrario. El efecto fue un despertar que yo no imaginaba a esta altura de mi vida.

La culpa la tiene Crush de Cronermberg esa película donde entre medio de hierros retorcidos de autos accidentados, cuerpos mutilados, lacerados y lastimados los tipos y las minas obtienen el mayor de los placeres. Yo no podía creer que eso me exitara, y menos que el que me exitara sea el médico que atendía a esa gente deseosa de lastimarse de gusto y que él no solo atendía sino disfrutaba de ver sus heridas, cicatrices y provocar en ellos que eso no se detuviera sino que aumentara. Un verdadero juego perverso que me tenía fascinado y al palo. Las fantasías de ese medico haciéndome de todo comenzaron a preocuparme.

Yo no soy puto como mis hermanos. Eso lo tengo reclaro. Aunque de repente me empecé a dar cuenta que miraba tipos en la calle. Y los buscaba parecidos al de la película. Las pajas que me hacía en la ducha. Parecía un pendejo. Las cogidas con mi mujer directamente desaparecieron. Al tiempo que empezaron los reclamos y celos de ella. Cada vez que tenía un evento, un desfile, una fiesta o cubrir la Exposición Rural, la pelea era segura. Ella creía que andaba con otra. Pero no.

Un día en un desfile lo ví. Atendía las modelos y les ordenaba la salida a la pasarela. Era mi médico de fantasía hecho realidad. Cuando descubrió mi mirada, sonrío desafiante. Bastó para ponerme a mil y que me olvidara que estaba ahí para trabajar. Como pude traté de esquivar la situación, pero mis ojos y los suyos iban y venían y el encuentro hacía saltar chispas. Al terminar esa noche, yo estaba guardando la cámara cuando veo que alguien se para frente mío. Levanto la mirada y era él. Soy Facundo, mi tarjeta. Llamame. Dio media vuelta y se fue dejándome caliente y muy confundido. Obvio le mandé un mensaje al toque diciéndole cualquier boludez. Pero él me ubicó al instante. Cuando quieras cogemos. Así, directo.

El tema es que ese mensaje también lo leyó María Mercedes en su búsqueda de pruebas en que andaba con otra.

miércoles, 6 de abril de 2011

All The Lovers - Kylie

VESTIR SANTOS (…desvestir demonios)

Si dicen que la familia no se elige y que la que te toca en suerte la cargarás toda tu vida, para la mía necesito una grúa. Un padre pendenciero que se cogía a cuanta mina se le cruzaba: gordas, flacas, altas, petisas, lindas o feas, viejas, y pendejas, que son ahora su trofeo más preciado. Con ese aire de intelectual y sus casi sesenta bien llevados, todas sus alumnas hacen fila en la Facultad para aprobar el oral ya sea en el escritorio, un telo o en su propia casa. Aguantó bastante mi vieja pero descubrirlo cogiendo sobre la mesada de la cocina fue demasiado. La cocina es el territorio sagrado de María Laura, mi madre. ¡Que pelotuda! No le importó que le metieran los cuernos sino que fuera en su propia cocina. Demasiado Utilísma le quemó el cerebro. Otras dos tuvieron que vivir esa misma pesadilla que mi madre aunque con distintas intensidades. Una quedó loca, pero loca de verdad. Está en una clínica, bajo estricto control psiquiátrico; intentó ya tres veces matarse: ahogándose en la bañera, bajándose el blíster completo de antidepresivos que le habían dado y la última hace unos días: se las ingenió para escaparse de su habitación y hacerse de un bisturí. Desde entonces la tienen atada y sedada. Santi, su hijo y mi medio hermano, el del medio, está tratando de lidiar como puede su trabajo como fotógrafo free lance y la hecatombe en la que lo dejó su madre que además era adicta al juego. El pobre está viendo cómo hace para tapar los agujeros que le dejó en la economía doméstica y en cómo rescatar su pareja con María Mercedes que ya hizo agua por todos lados pero ninguno de los dos quiere ponerse el salvavidas.
¿Qué cómo la conoció mi viejo a María Emilia, la madre de Santi? Fue la que estaba sobre la mesada de la cocina de mi mamá. Alumna aplicada se ve que era. Y queda María Eugenia, mi viejo tenia una fascinación por ese nombre, María. Al menos en la cama no se iba a confundir al nombrarlas. Ella es la mamá de Alan, el más chico de los tres. Y todavía no sabe muy bien qué hacer de su vida. Con los treinta pisándole los talones. Pero como mamá Eugenia, (perdón la aclaración, pero decir María se nos hacía muy tenebroso a los tres y llamábamos a nuestras madres por su segundo nombre) viene de una familia de picotudos, mucho problema no se hace Alancito y ella lo consiente en todo como si todavía tuviera cinco años. Mamá Eugenia vive en su mundo de Barbie, donde las apariencias reinan a sus anchas. Ella quería que fuera rugbier, pero a Alan le gustaba más estar en el vestuario que en la cancha. Como mi viejo, pero con los tipos resultó ser. Padre ausente diría un pedagogo después de que lo descubrieran en cuarto grado jugando al doctor en el baño con su compañerito de banco.
Y yo, Horacio. Pasé los cuarenta y tanto, trabajo de oficinista en un Banco, que en los Noventa tuvo su gran momento y el Corralito dejó con lo puesto y casi en la calle. Y una vida sentimental de mierda. No logro decidirme nunca. ¿Qué culpa tengo yo de que se enamoren dos a la vez y no poder quedarme con uno? Sí Uno. Sí yo soy puto también. Le salimos por la culata al viejo. Santi es la única esperanza de perpetuar el apellido Carranza. O era. Dos ya salimos del placard. Ahora parece que está a punto de abrirse el tercero.